Tres ollas, tres cuencos y tres jarras en miniatura de cerámica clara, algunas cubiertas con un engobe blanco. Varias de ellas contenían originalmente plantas (habas, cebada aderezada, grano de escaramujo) que atestiguan la práctica de una comida funeraria. De hecho, estos objetos proceden de un complejo funerario que data del siglo II d.C. En aquella época, la población practicaba la cremación "a la romana".