En 1937, Francia acogió la Exposición Internacional de las Artes y Técnicas de la Vida Moderna. Cada país construyó su propio pabellón y la Unión Soviética decoró el suyo con esculturas de Joseph Tchaikov, figura del arte realista soviético. En esta arquitectura, convertida en obra de propaganda, las once figuras representaban cada una una alegoría de una república soviética y daban testimonio de la inmensidad del país. Tras la Exposición Internacional, la Unión Soviética las donó al Sindicato de Metalúrgicos, que colocó las esculturas en su propiedad de Baillet-en-France. En 2009, las excavaciones realizadas en el parque del castillo permiten redescubrir estas esculturas.