© Hervé Paitier, Inrap
La tumba de Orval (Manche) es hoy en día un caso único: la más occidental de las "tumbas de carro" de los primeros tiempos de La Tène jamás encontradas en Europa.
Potente híbrido
Esta figura habría sido colocada en una de las guías del carro de una tumba de la Segunda Edad del Hierro. Este rostro zoomorfo, con una larga cabra y cuernos, evoca la mitología celta, fuertemente influenciada por el panteón grecorromano. En efecto, este elemento metálico es similar a las cabezas del dios fluvial Acheloos que adornaban el caldero descubierto en una tumba de carro de la Edad de Hierro en Lavau. Así colocada en el carro, esta efigie debía aportar protección divina a su dueño, así como mucho prestigio.
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