Esta lanza de hierro se encontró en la tumba de cremación de un guerrero del siglo II a.C. y estaba encajada entre la urna y la pared de la excavación. Junto a él había un umbo de escudo y fragmentos de placa de hierro de la vaina de una espada. Esta lanza, probablemente relacionada con un talón encontrado en el mismo contexto, tiene una llama foliada y una fuerte nervadura axial. Estaba provisto de un zócalo y remaches, cuyos agujeros aún pueden verse en la boquilla. La longitud y la anchura de la punta sugieren que se trata de una lanza, un arma arrojadiza que se sostiene en la mano durante el combate.