Centre los pueblos galos, como en muchas otras civilizaciones, el sacrificio de animales formaba parte de la práctica religiosa. Este escupitajo, descubierto durante la excavación de un santuario latino (entre los siglos V y I a.C.) cerca de Niort, así lo atestigua. El hallazgo de este objeto cerca de un depósito de huesos de animales sugiere su papel en la cocción ritual de la carne del sacrificio, compartida entre los participantes en el rito y la deidad o deidades cuyo favor se busca. Aunque hoy en día el sacrificio puede verse como un acto de pura violencia, se consideraba esencial para obtener la benevolencia de las deidades y mantener así el equilibrio de la comunidad y del mundo. En la Galia, este rito se mantuvo durante toda la época romana y luego desapareció gradualmente durante los últimos siglos de la antigüedad, en un contexto de profundas mutaciones religiosas.
Pico con espiga que se caracteriza por tener una sección de hierro circular que termina en punta. El mango termina en un anillo. Este tipo se diferencia de los asadores utilizados a finales del periodo de La Tène, caracterizados por hierros planos terminados en anillo. Se relaciona con el depósito masivo de huesos de animales encontrado en los alrededores y subraya su papel esencial en los sacrificios.