Fragment de casque

Tres cascos de hierro y un mango de navaja de bronce, descubiertos en 1998 a menos de 500 m del anfiteatro de Poitiers/Limonum en las excavaciones preventivas de la manzana de Cordeliers, evocan la gladiatura. Quedaron atrapados por el derrumbe de los edificios alineados en el borde oriental de la vía principal de la ciudad tras un violento incendio fechado por la acuñación de monedas después del año 257 y antes de los años 260-270. En el lado oriental de esta calle, a lo largo de al menos 200 m, los talleres-tiendas flanqueaban las entradas de las domus o edificios comerciales a los que estaban adosados. Seis de ellos fueron explorados en Les Cordeliers. Los cascos interpretados como de secutor se encontraron en el taller P212 y su anexo, y en el anexo de la tienda vecina de un comerciante de vasos de cerámica. En el taller P212, donde se trabajaba el hierro, las aleaciones de cobre y el hueso, los objetos fabricados, al ser ensamblados o reparados, estaban destinados a una clientela masculina, sin duda militar o bélica (espada, vaina, cuchillo plegable, navaja, alfanje, arnés...). Es tentador pensar que es el taller de un "fourbisseur", aunque el término es anacrónico para la antigüedad. Este excepcional descubrimiento atestigua la presencia de esta armadura en la ciudad.

A diferencia de los cascos 1 y 2, aquí sólo se conservan fragmentos del casquete y del tocado. Estos últimos son testigos de sucesivas reparaciones, indicadas por la presencia de chapas o ángulos remachados. Un ángulo roto indica que la cubierta del cuello fue forzada hacia abajo y que el material se estiró excesivamente. Esta deformación se produjo cuando el metal aún tenía cierta elasticidad. Esto podría deberse al uso activo del casco en combate, a la compresión tras su eliminación o al impacto de la caída de restos de construcción cuando el objeto estaba enterrado.