Fibra vegetal (paja o caña) fue una de las primeras cubiertas utilizadas en los tejados a dos aguas. La adopción de las parchillas en los tejados estuvo motivada muy probablemente por la necesidad de limitar los incendios debido a sus propiedades ignífugas. La arqueología ha podido documentar el uso de arcilla, tejas cocidas o vidriadas, madera, pizarra, así como piedra o metal. Las baldosas se colocan generalmente en sentido longitudinal y se apilan a lo largo de la pendiente, aunque pueden combinarse para producir diversos patrones geométricos. La mayoría de las veces se clavan o se enganchan -como podemos ver en este ejemplo de la ciudad de Nancy- en el caso de los tejados de gran pendiente, también pueden fijarse con tornillos.