Mausolée familial pour les Valerii Rufi

Este mausoleo de piedra caliza fina se encontró, roto en muchos fragmentos, en una fosa descubierta en la calle del Donon, en el barrio romano de Koenigshoffen. Conserva la memoria de tres miembros de la familia Valerii Rufi, que vivieron en Argentorate en la primera mitad del siglo I d.C., como reza la inscripción monumental grabada en la base del monumento. Los tres difuntos, cuyas estatuas de tamaño casi natural han sido reconstruidas, están representados de pie, en posición frontal, en un nicho alto bordeado por pilastras y enmarcado por paneles esculpidos. Su vestimenta proporciona una indicación inmediata de su estatus social: dos de ellos llevan equipo militar, el tercero está vestido con la toga del ciudadano romano, como un veterano que ha completado su tiempo en el ejército. El equipamiento militar es estereotipado, pero con gran precisión documental. El lateral del monumento está tallado con la figura de una bailarina que sostiene un velo sobre su cabeza. Esta figura femenina puede identificarse con una ménade de la procesión dionisíaca, un tema bastante común en Renania en la decoración de monumentos funerarios del siglo I. Todavía tiene muchos restos de coloración roja y amarilla. Originalmente, las esculturas de este monumento estaban pintadas en colores vivos y la inscripción funeraria probablemente estaba resaltada en rojo. Este tipo de mausoleo tiene su origen en modelos del norte de Italia. La construcción de estos grandes mausoleos funerarios era un asunto costoso; sólo las personas más ricas podían permitirse un monumento así. Entre ellos, los legionarios más veteranos, cuya paga era importante, constituían una clientela selecta para los escultores.

Un rostro para la eternidad

Este mausoleo presenta a tres miembros fallecidos de la misma familia en un nicho arquitectónico. Sólo queda un rostro, el del difunto central, vestido con la toga del ciudadano romano. Muy populares entre la burguesía romana, estos monumentos muestran grupos familiarescon ganas de mostrar a las generaciones futuras el lugar que ocuparon en la sociedad durante su vida. Así, los difuntos suelen ir vestidos con trajes que reflejan su función, mientras que sus rostros aparecen estereotipados.

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